Artemio Lupín

Un blog literario, cultural y satírico que pretende practicar la crítica social y de costumbres.

My Photo
Name:
Location: Santiago, Chile

Friday, December 12, 2008

Bolaño superstar


¿Cómo hacer cuadrar el confeso “piel roja” que vivía de la venta de artesanías en la Costa Brava catalana y participaba en cuanto concurso regional o municipal de literatura estaba a su alcance, con el ícono que hoy aparece convertido en un auténtico boom editorial?

El ejercicio demanda trabajo, pero resulta útil, cuando uno se entera que en EEUU su voluminosa novela “2666” acaba de alcanzar la marca de 75 mil copias vendidas. Un verdadero record si se considera que en ese mercado menos de un 4% de los libros de ficción que allí se comercializan son traducidos de otras lenguas.

El New York Times incluyó a 2666 en su lista de los diez mejores libros del año 2008, y la revista británica The Economist publicó un artículo bajo el título de “Bolañomanía”.

“Los Estados Unidos viven hoy dos manías. La Obamamanía y la Bolañomanía”, sostiene Andrew Wylie, uno de los más renombrados agentes literarios a nivel mundial, quien hace poco tiempo logró los derechos de su obra, a pedido de la viuda de Bolaño, la ex bibliotecaria Carolina López, como representante universal de sus herederos.

El 4 de noviembre pasado caducaron estos derechos, hasta entonces en poder de la agencia de Carmen Balcells, y Wylie se hizo de los mismos, llegando de inmediato a Barcelona para renegociar una serie de asuntos pendientes con Jorge Herralde, propietario de la editorial Anagrama, el sello que catapultó a Bolaño a la fama en el mundo de habla hispana.

Wylie tenía, además, una carta bajo la manga: la versión mecanografiada de “El Tercer Reich”, novela inédita de Bolaño, extraída del disco duro de su computador. Un texto que ya había anticipado en la última versión de la Feria de Frankfurt de este año, donde además anunció que ya se iniciaron los trabajos de edición de otros escritos del narrador chileno que aún no vieron la luz.

Al parecer, Wyllie, que, según quienes lo conocen más de cerca, es un as para los negocios, ya habría acordado la publicación de El Tercer Reich con Planeta/Seix Barral para el próximo año.

Un artículo reciente, publicado en la prensa chilena, indica ─citando como fuente a “un chileno que perteneció al circulo íntimo de Bolaño”──, que Wylie "logró sacar (con la venia de Carolina López) del camino a Herralde y a Ignacio Echeverría (crítico literario del diario El País), que eran sus más grandes amigos y depositarios de sus obras”.

Vale decir, los albaceas habrían sido traicionados y ahora Wylie intentará sacarle el máximo provecho al mito naciente, publicando incluso trabajos que Bolaño habría desechado.

Una historia común que no pasaría de una pelea por unos euros más o menos para ingresar en la cuenta de Carolina López y los hijos del escritor, si no fuera por el hecho de que hubo intereses y egos heridos de por medio. Lo que redundó en que amigos de Bolaño filtraran a la prensa, a modo de venganza, los entretelones de la relación de éste con Carmen Pérez de Vega, que fue quien lo acompañó hasta su muerte, en julio de 2003, y no la madre de sus dos hijos, Lautaro y Alexandra.

Ahora bien, nada de esto, en rigor, afecta en lo más mínimo la estatura creciente de Bolaño. Convertido en un objeto de consumo masivo en el mundo anglosajón, la revista Time declaró a 2666 el libro del año y la presentadora norteamericana Oprah Winfrey, que transforma en best seller a cualquier libro con el mero toque de Midas de nombrarlo en su programa televisivo, también aportó lo suyo al fenómeno de ventas.

El sagaz Wylie ha reconocido que quien le abrió los ojos con respecto a la joya en bruto que era la escritura de Bolaño fue Susan Sontag, una precoz fanática de su obra.

El personaje Bolaño, a los ojos de muchos americanos del Norte, es una suerte de renacido Rimbaud, que en vez de irse al África atraviesa en su peregrinación iniciática la América Latina de los golpes de Estado, para terminar hallando un provisional refugio en México, antes de cruzar el Atlántico y establecerse finalmente en Blanes.

Aunque, claro, el éxito en EEUU de este hombre de cara de pocos amigos y trayectoria trágica, que murió prematuramente a los 50 años de una dolencia hepática, está lejos de ser una novedad para los lectores ubicados bajo la línea del Ecuador.

Sólo Brasil, por aquello de la barrera del idioma, se mantiene aún indemne a la “bolañomanía”, pese a que hay señales de que eso pronto va a revertirse. Ya fueron lanzados allí “Los detectives salvajes”, “Nocturno de Chile”, “La pista de hielo” y “Putas asesinas”. Libros que han vendido una media de 3.000 ejemplares, lo que es poco para los parámetros locales, pero va en indudable ascenso, mientras se prevé que recién en 2010 llegará a las librerías el ya mencionado 2666.

Tras una infancia que transcurrió entre Quilpué y Cauquenes, Bolaño, como se sabe, se trasladó junto a su familia, cuando tenía 13 años, a México, y volvió a Chile, a los 20, entusiasmado con la experiencia de la Unidad Popular.

Luego de ser derrocado Allende, pasó algunos días en prisión, pues su desgreñado aspecto y su acento extranjero lo hacían sospechoso de “extremista”, pero al cabo de una semana entre rejas fue liberado y pudo retornar a su exilio mexicano, donde se vinculó con los “infrarrealistas”. Un grupo de poetas jóvenes y alborotadores del que formaba parte otro chileno, Bruno Montané, y Mario Santiago (el Ulises Lima de “Los detectives…”).

Ahora, ese muchacho medio hippie y levemente trotskista, que era un rebelde por antonomasia, ya ha comenzado, a través de la fama, esa casquivana dama, a entrar en olor de santidad y pronto veremos multiplicarse los ensayos sobre su figura. La de quien, como apuntó Enrique Vila-Matas, abrió “brechas por las que habrán de circular las nuevas corrientes literarias” de la escritura del futuro.

Mientras tanto, tal vez la mejor explicación sobre la originalidad del fenómeno Bolaño la haya dado el argentino Alan Pauls, quien señala que ésta está dada por el cruce eficaz de “tradiciones que nunca tuvieran mucha simpatía una por la otra: la aventurera y espontánea de los beatniks con la erudita y sofisticada ficción más ´letrada´”. En suma, “una mezcla de Jack Kerouac y Jorge Luis Borges”.

Labels: , , , , , , , , , , ,

0 Comments:

Post a Comment

<< Home