Artemio Lupín

Un blog literario, cultural y satírico que pretende practicar la crítica social y de costumbres.

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Saturday, November 10, 2007

Aznar, Zapatero, Chávez y el rey: comedia tragicómica en un acto


Escribo sobre caliente, cuando todavía no se apagan los ecos de esa comedia tragicómica en un solo acto que tuvo como escenario a la Cumbre de Santiago.

Los hechos ya los conocemos: en la sesión plenaria, el presidente venezolano Hugo Chávez contó que cuando José María Aznar lo visitó en Caracas en 2002, como jefe del gobierno español, le dijo que se dejara de chorradas y que se uniera de una buena vez al club de los países ricos y poderosos, pues las naciones que no habían seguido ese camino simplemente “se jodieron”. Por eso es que para él, añadió, Aznar era un “fascista y un racista” al que países como Haití le importaban un comino.

“Chávez había pedido la palabra –según el relato de El Mostrador.cl- para replicar a la intervención del actual presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, centrada en subrayar que un país nunca podrá avanzar si busca justificaciones de que alguien desde fuera impide su progreso”. Histriónico y nada esquivo frente a las ocasiones de alcanzar protagonismo como es, el mandatario caraqueño no quiso pasar por alto la oportunidad que le servían en bandeja y respondió con un gancho a la mandíbula, al sentirse agredido.

Trascartón, Zapatero pidió la palabra y asumiendo que lleva sobre sus espaldas la representación de todo el pueblo español, incluyendo la de quienes adhieren al derechista Partido Popular de Aznar, su enconado enemigo interno, saltó en su defensa. "Se puede estar en las antípodas de una posición ideológica y no seré yo quien esté cerca de las ideas de Aznar, pero fue elegido por los españoles y exijo ese respeto", arguyó Zapatero mientras Chávez, con su micrófono desconectado, intentaba interrumpirle enarbolando su derecho a la libre expresión.

Y ahí es donde Su Majestad, don Juan Carlos de Borbón, rey de España por la voluntad de Dios, me imagino, pues hasta donde yo sé las testas coronadas se basan en el derecho divino a ocupar el trono (aunque, en honor a la verdad, algo ayudado también por Francisco Franco Bahamonde, más conocido en otros tiempos como El Caudillo), se impacientó y le echó una bronca de padre y señor mío a Chávez, preguntándole en tono imperativo: “¿Por qué no te callas, tío?”.

El tío, lo aclaro, es un añadido de mi propia autoría, pero es una licencia que debéis permitirme, vamos, pues quiero sonar castizo y si se me permite hasta un poco chulo, ya que esta ha sido la cumbre de las chulerías.

¿Cómo sino calificar ese abrazo de Tabaré Vásquez a Néstor Kirchner de entrada, y después, casi en simultáneo, la orden del mandatario uruguayo de darle el vamos a Botnia, la polémica pastera sobre el río Uruguay, dejando más que descolocado a Kirchner? Que, entre otras cosas, se lamentó diciendo que esto había sido también un verdadero insulto contra el monarca español, que actúa como mediador en el conflicto.

Pobre Juan Carlos. Sobre llovido, mojado. ¿Qué más se puede decir?

Y como si las ofensas no fueran pocas sobre la real figura borbónica, más encima viene después el nicaragüense Daniel Ortega y se despacha a gusto contra una empresa eléctrica española, Unión Fenosa, a la que se le entregó el 47% de la generación, por parte de los “gobiernos peleles”, y a la que nosotros, acotó, “no hubiéramos dejado entrar”.

El rey, a esta altura, que si bien es el jefe de Estado hispano suele guardar cuidadosa distancia de la coyuntura, justamente para honrar su investidura que se supone está muy por encima de la chimuchina y los dimes y diretes políticos, se sintió interpelado y se levantó de la sala en que transcurrió la cumbre para manifestar con su ausencia su total desagrado con estos “sudacas” insolentes, que a fin de cuentas quienes se creen que son. Y luego lo andan importunando a uno pidiéndole que intervenga en sus diferendos.

Tuvo que ir la presidenta Michelle Bachelet en persona, como anfitriona de la cita cumbre, para pedirle que volviera al salón y asistiera al acto de cierre de esta cumbre tan distinta a las demás, que por lo general suelen ser protocolares y aburridas vistas desde el llano. Aunque permiten que los que deciden se encuentren cara a cara y avancen en la resolución de sus disputas, como fue el caso de la propia Bachelet con Evo Morales.

Más allá de las anécdotas, lo que queda, sin embargo, como saldo son posturas encontradas e improvisadas sobre la marcha que darán pasto a mil lecturas distintas.

La derecha española, según lo compruebo al asomarme a las páginas de los diarios online de Madrid y a los foros con opiniones de los lectores, aplaude al rey por su salida de libreto y censura a Rodríguez Zapatero, a quien considera demasiado blando a la hora de defender a su antecesor en el Palacio de la Moncloa.

La izquierda, al menos la ubicada más allá del Partido Socialista Obrero Español en el espectro político, se refocila apuntando que “Juan Carlos Borbón, el único Jefe de Estado no electo que asistía a la Cumbre Iberoamericana, mandó callar al Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, por sus críticas al ex-presidente José María Aznar, al que había llamado ‘verdadero fascista’, y al que Zapatero había salido a defender durante el plenario de la Cumbre” (www.larepublica.es).

Aquí conviene apuntar, para que se entienda el contexto, que Zapatero, al salir en defensa de Aznar, sostuvo que éste fue un mandatario “democráticamente elegido por el pueblo español”. De ahí precisamente se agarran los republicanos más radicales, como José Manuel Martín Medem, para fastidiarle.

Martín Medem sostiene, desde esa misma página web, que “Si alguien no tiene respaldo para callar a otro en las reuniones iberoamericanas es el rey de España que es el único jefe de Estado o de Gobierno que no ha sido elegido por sus ciudadanos...”, en una columna titulada “¿Por qué no te callas Borbón franquista?”.

Yo, por mi lado, no sé qué pensar. Sólo sé que me saco el sombrero ante Rodríguez Zapatero. Chapeau. ¿Por qué?, dirán ustedes. Porque tuvo la hidalguía de defender, como un antiguo caballero español, a quien le da leña en forma inmisericorde cada vez que puede: el hombre del bigotito fino, como anchoa, cuyo gobierno reconoció (no olvidemos eso) a los golpistas que intentaron, sin éxito, derrocar a Chávez en abril de 2002.

Y un dato más, anexo, nada menor: leo en el blog Animal político que a fines del año pasado Ana Botella, la mujer de Aznar, asistió a la presentación de un libro –“La gran revancha. La deformada memoria Histórica de Zapatero” – en la universidad San Pablo CEU.

En esa ocasión, uno de sus dos autores, Isabel Durán, dijo que “la Ley de Memoria Histórica (impulsada por Zapatero) es una manera de ‘reivindicar la memoria de su abuelo’’ (el capitán leal Juan Rodríguez Lozano, fusilado por los insurrectos franquistas en León, en 1936) y refleja su “obsesión por volver al pasado y a una página negra que los españoles habíamos superado”.

El abuelo de Aznar, en cambio, Manuel Aznar Zubigaray, fue un falangista que le escribió discursos a Franco, actuó como embajador en varios países, además de ante la ONU, durante el régimen “nacionalista”, y escribió una “Historia Militar de la Guerra Civil”. Libro que Aznar, su nieto, por cierto leyó y aconseja con entusiasmo: “Os lo recomiendo. Es muy ameno y cuenta con detalle lo que sucedió en lo que él llamaba con acierto ‘nuestra guerra de liberación’”.

“¿Nuestra guerra de liberación?”. ¿Esa es la forma en que habla un demócrata? Como sea, a la luz de estos hechos, uno puede pensar que Rodríguez Zapatero estuvo más que generoso al defenderlo.


*Carlos Monge. Escritor y periodista.

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1 Comments:

Blogger Begoña Zabala Aguirre said...

Pues si Artemio, como diria Clint, "you´ve made my day" con tan champañosa columna. Una gozada.
Huelga decir que la culpa del rifirrafe la acapara solito Juan Carlos por meterse en camisa de once varas y creerse el cuento de la corona, la sangre azul, y el golpe de cetro. En este caso se fué de lengua como decís en Chile.
En cuanto a Zapatero que es un gran señor a pesar de algunas cositas por aquí y cositas por allá, su sentido del honor le va a costar el descabello con la derechona española.
Vade retro.
Mil gracias por el garbo castizo de tu columna M. Lupin

Begoña Zabala

6:32 AM  

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