Artemio Lupín

Un blog literario, cultural y satírico que pretende practicar la crítica social y de costumbres.

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Wednesday, August 22, 2007

Gran Hermano ya está aquí



Me refiero, claro, a la antiutopía del escritor británico George Orwell, planteada en su novela “1984”, y no a los engendros televisivos que utilizando el nombre de “Big Brother”, pretenden reproducir de un modo más amable y frívolo la pesadilla del panóptico. Esa cárcel perfecta, construida de un modo tal que, como explica el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, “toda su parte interior se pueda ver desde un solo punto”.

Panóptico es, por cierto, una palabra de origen griega y deriva del famoso ―entre quienes conocen la mitología helénica― gigante Argos Panoptes. Argos tenía cien ojos, y como guardián resultaba ser, desde luego, muy efectivo, pues mientras algunos de sus ojos dormían, otros permanecían abiertos y eternamente vigilantes.

Como leal sirviente de Hera, la diosa le encargó que ocultara de la vista de su esposo, Zeus, una ternera blanca, pues, con justicia, sospechaba que la tal ternera era, en realidad, una bella ninfa con la que el dios jefe del panteón olímpica se solazaba en sus momentos de ocio.

Pero Zeus, que no era nada de tonto y no por azar reinaba en el Olimpo, descubrió la argucia de su celosa mujer y mandó a Hermes/Mercurio, a que marchara presto, con sus pies alados, a liquidar a ese gigante que pretendía arruinarle sus distracciones.

Hermes, a su vez, que era más listo que el hambre ―para usar una expresión española que siempre ha deslumbrado a mis oídos sudacas― se disfrazó de pastor y empezó a contarle historias aburridas. Por lo cual, los ojos de Argos se fueron cerrando uno a uno, hasta que el gigantón quedó inerme y Hermes aprovechó la ocasión para enviarlo al inframundo.

No obstante su cruel final, Hera, agradecida por los servicios prestados por su fiel monstruito, decidió inmortalizarlo, haciendo que sus cien ojos quedaran fijados, como eterno recuerdo de su dedicación y diligencia, en las colas de los pavos reales.

Hasta allí los mitos. Vayamos a la realidad. Resulta que leo en el New York Times (para que vean que no me nutro exclusivamente de la tediosa y limitada prensa local) que una ciudad del sur de China, Shenzhen, encabeza una experiencia piloto única en esa emergente superpotencia.

En sus calles están siendo instaladas al menos 20.000 cámaras de vigilancia policial, que pronto serán controladas por sofisticados programas informáticos que permitirán detectar cualquier actividad sospechosa o delictual. Dos conceptos que, claro está, no son sinónimos, y que son los que despiertan mi preocupación en torno a que nos dirigimos hacia sociedades cada vez más policíacas, en la misma línea de la advertencia formulada por Orwell.

Algo así como “Gattacca” ―¿recuerdan la película? ―, con Ethan Hawke y Uma Thurman, en los roles estelares, y donde aparecía una “perfecta” sociedad del futuro, focalizada hacia una búsqueda obsesiva de un “mundo feliz”, al estilo Huxley.

Para lograr ese cometido, los seres humanos son diseñados genéticamente en laboratorios y todo funciona bien hasta que aparece un sujeto que es todo una “rara avis” dado que fue engendrado por amor y no por medio de una programada y fría combinación de genes.

En Shenzhen están todavía lejos de eso, pero, quién sabe, en un tiempo más tal vez puedan emular con creces a este filme de ciencia ficción. Por lo pronto, a partir de este mes se entregarán a los 12,5 millones de habitantes de esta pujante ciudad china tarjetas de residencia equipadas con poderosos chips computarizados, programados por una empresa de capitales norteamericanos.

Como dijo el ínclito Nicanor Parra, “la izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas...”

"Si no consiguen la tarjeta de residencia, no pueden vivir aquí; no pueden gozar de los beneficios estatales. Para el gobierno, ésa es una manera de controlar a la población en el futuro", dijo al NYT Michael Lin, vicepresidente de China Public Security Technology, la empresa que provee la tecnología para el proyecto.

Pero, ojo, que cosas como éstas no pasan sólo en China. En Gran Bretaña, donde la defensa de la privacidad es casi una bandera nacional, no se han quedado atrás. Y el mismo diario cuenta que "la policía ya ha instalado gran cantidad de cámaras en los postes de luz y en las estaciones del subterráneo, y además también se están desarrollando programas para el reconocimiento de rostros".

La lucha antiterrorista da para todo.

Mientras tanto, en Chile tampoco desteñimos a la hora de adaptarnos a los nuevos mecanismos de control cibernéticos cuya misión Foucault resumía en sólo dos verbos: “Vigilar y castigar”. La página web de la Municipalidad de Viña del Mar nos informa que la ilustre corporación está a la vanguardia en este ámbito.

La Presidenta Michelle Bachelet en persona destacó el 9 de agosto pasado que "la gran lección que hemos sacado de esto es que la seguridad ciudadana no es propiedad de nadie (...) no es de izquierda ni de derecha. Esta es un área de importancia estatal donde todos tenemos que sumarnos a estos grandes esfuerzos".

Allí me enteró también que “en Viña del Mar existen 82 cámaras de televigilancia, de las cuales 63 son monitoreadas desde la Prefectura y de éstas 28 se ubican en el plan de la ciudad y el resto en los sectores altos”.

O sea, señores, “los tenemos a todos identificados”, como decía aquel dictador de infausta memoria, al que mucho le habría gustado tener estos juguetitos con que se nos controla ahora. Siempre, por supuesto, en beneficio de nuestra propia seguridad y bienestar.


*Carlos Monge Arístegui. Escritor y periodista.

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Hola, tanta realidad virtual me enreda, eres el mismo Artemio Lupin de El Mostrador?.
En fin, Carlos Monge (eres tú?) escribió Carrera, húsar desdichado, pero no lo he podido encontrar, sólo me falta el persa, me podrás indicar dónde está a la venta?.
Si me he equivocado de "link", y no corresponde esta tribuna "sorry".
Gracias.

1:48 PM  
Blogger perrokerr said...

¿Artemio Lupín igual Carlos Monge? Es una posibilidad entre tantas. Pero el mundo virtual tiene la gracia de ofrecer respuestas no siempre unívocas. En todo caso, la novela a la que haces referencia se puede encontrar en las librerías de la cadena José Miguel Carrera, en Ulises y en Qué Leo, si no me equivoco. You are welcome.

6:04 PM  
Anonymous Anonymous said...

Gracias, si eres el mismo Artemio de El Mostrador, ojalá pudieras escribir al menos una vez por semana, es reconfortante.
"c.u"

1:34 PM  

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